El joven que entendía la realidad
como un flirteo con la locura, buscaba rincones acogedores en los jardines para
sentarse sobre la hierba y abandonarse al delirio de sus pensamientos. En casa
hacía lo mismo, aunque el lugar destinado para el disparate era la cocina. Abría
la nevera y observaba su contenido un buen rato, como esperando extraer alguna
solución a las dudas que le asaltaban. Llenaba su cabeza de tantas cuestiones
absurdas que, al final, su insensatez le llevó a solucionar uno de sus
estúpidos dilemas estirando la frondosa barba del señor que siempre se
encontraba en el supermercado.
miércoles, 30 de diciembre de 2015
lunes, 28 de diciembre de 2015
LA HUERTA
El artista instruido siempre
lleva consigo algún apero de labranza por si aparecen las obsesiones. Cuando lo
hacen, cava surcos y las entierra sin atender a su naturaleza perniciosa; las
riega y espera a que broten en algo mejor. Si no lo hacen, si crecen torcidas, las
muele a palos con su azada y utiliza sus desechos como abono para otras creaciones.
De esta manera, reciclando sus temores, su cosecha de delirios no deja espacio
a las malas hierbas, y lo que antes enraizaba en un estado vano y depresivo ahora
convierten al artista en la alegría de la huerta.
lunes, 21 de diciembre de 2015
YO SI ESTUVE EN EL CONCIERTO DE LOS SUAVES
La primera vez que perdí un zapato
fue en un concierto de los Suaves. La niebla que se respiraba en la sala y las
cervezas contribuyeron a que el extravío no supusiera ningún obstáculo
significativo. Durante el solo del guitarrista, imité su virtuosismo con mi
guitarra imaginaria, y, por suerte, al fijar mi vista al suelo, vislumbré como mi
viejo mocasín se revolvía por aquel bosque de piernas. Las sacudidas
involuntarias que recibí al tratar de recogerlo me llevaron delante del todo, y
allí me lo calcé. Sin embargo, tras la zambullida del cantante desde la tarima,
no recuerdo nada más.
sábado, 19 de diciembre de 2015
LA GRANJA
Faustino se convirtió en cabra
porque estaba cansado de la vida que llevaba. Se levantaba a las siete, abría
la cafetería que tenía a escasos metros de casa y allí aguantaba a la latosa concurrencia.
Los clientes más exigentes no aceptaron el cambio, pues, aquella monstruosa apariencia
de chivo y su molesto balar a la hora de atenderles, no era para nada de su
agrado. La situación provocó que otros fenómenos de igual calibre se sucedieran
en el local de Faustino: los intransigentes empezaron a gruñirle y a ladrarle, los
testarudos a rebuznar insistentemente y los más bocazas a cacarearle.
jueves, 17 de diciembre de 2015
FUNDAMENTOS DE PAREJA
Coincidimos en una baldosa de la
cocina, me dribla y me hace un traje. Me deja clavado, sin tiempo a reaccionar
ante aquella filigrana escurridiza. No me da ni los buenos días; entiendo que va
con el tiempo justo para llegar al trabajo. Me ducho, me visto y la espero en el
recibidor para darle un beso y desearle un buen día. Con cara de asombro señala
el techo y miro la zona indicada esperando encontrar algo extraño. Sabe bien
que bebo los vientos por ella, y aun así vuelve a sortearme con argucia cerrando
la puerta tras de mí.
Relato finalista en Wonderland el 11/06/2016
Relato finalista en Wonderland el 11/06/2016
martes, 15 de diciembre de 2015
UN EXTRAÑO EN LA NOCHE
La calle Mar albergaba olas que
ahogaban a los inoportunos. Incluso la madrugada que un joven apuesto, vestido
con un impecable traje de alpaca negro y un sombrero de alas, llamó
repetidamente al interfono de Carolina la pescadera. Tenía un aire desenvuelto
y sofisticado y, a simple vista, no parecía de los que armaban jaleo; aunque aquel
insistente e intempestivo repiqueteo podía alarmar a cualquiera. Ella contestó
por el telefonillo con la voz entrecortada: «¿Quién es? ¿Qué pasa?», exclamó. Se
despertó sobresaltada, azorada, no eran horas. La cálida luz de una farola
próxima dibujaba la esbelta figura de aquel singular Romeo capaz de todo por sorprenderla.
Entonces, su voz almibarada conectó con la noche y, acercándose a la rejilla
del portero automático, entró en éxtasis para cantarle, a su manera, una balada
llena de bellas intenciones. Yo espiaba desde mi ventana, consumida por la
envidia y sin poder frenar la emoción que ascendía por mi espalda. Carolina, en
cambio, incapaz de sentir el tiempo detenido al borde de la madrugada, no tardó
en asomarse a la ventana con un barreño de lluvia que precipitó inclemente sobre
aquella magnífica voz que acompañaba las primeras luces del alba.
Esta Noche te cuento (ENTC)
Tema: Homenaje a Sinatra (100 años)
jueves, 10 de diciembre de 2015
LA RECOMPENSA
Cuando los velatorios se hacían
en las casas –y no en las actuales salas preparadas de los tanatorios– me
gustaba acudir a velar al muerto; no tanto por el ambiente de adoración que prevalecía
alrededor del féretro y los conmovedores lamentos que se proclamaban al difunto
haciéndote saltar las lágrimas, sino por la compensación que suponía estar allí.
Tras aguantar todo el día con la mirada lánguida, los familiares te mostraban
su afecto, agradecían que estuvieras con ellos en esos momentos tan duros y, lo
mejor de todo, te ofrecían un buen tazón de caldo calentito y algo de comer.
lunes, 7 de diciembre de 2015
EL NAVEGANTE
Ella escuchaba todas las recomendaciones
de sus allegados cuando le sugerían a bien que debía quitárselo de la cabeza,
que ese amor no le convenía y solo le traería desasosiego. Asentía con la
cabeza sus advertencias porque, en el fondo, también intuía en esa impulsiva aventura
una situación complicada. Para tranquilizarlos les daba la razón, les decía convencida
que trataría de olvidarlo y seguiría con su vida como hasta ahora. Pero cuando ese
irrefrenable anhelo le trepaba por la espalda y se clavaba en su pensamiento, le
ahogaba la presión y subía presurosa a la superficie para volver a verlo.
domingo, 6 de diciembre de 2015
EL REGALO
El bueno de Carlos abrió el libro
que su novia le había regalado por su cumpleaños y descubrió que sus páginas
estaban plagadas de manchas y restos de comida: gotas de aceite, pepitas de
tomate, trocitos de lechuga, hebras de atún, migas de pan… El caso es que ella se
lo envolvió con papel de regalo y lo adornó con un exuberante lazo rojo. Cumplía
los treinta; era algo especial. Incluso lo perfumó, y tuvo el detalle de
adherirle una etiqueta dedicada que decía: «La pasión que siento por ti corre
por mis venas como un ardiente río de lava».
miércoles, 2 de diciembre de 2015
EL TAMBORILERO
En el tiempo que se carga una de
esas páginas guarras en el ordenador, Rodolfo piensa en sacar del congelador un
táper de sopa para la cena; se acuerda que debe comprar champú, pasta de
dientes y papel higiénico; también que debería visitar a su abuela Gertrudis y regar
los geranios de la terraza, podrían morirse. En esos escasos segundos, recuerda
que debe ingresar el dinero para la boda de un amigo. Ya están todos casados;
solo queda él. La web enseguida está lista y la pantalla se llena de estímulos
voluptuosos. Además, en diciembre la adornan con detalles navideños.
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